YEAH, ALL IS FULL OF LOVE

Después de la primera nevada, que ha durado menos que un caramelo a la puerta de un cole, mi animo estos días está melancólico sin razón aparente.
Soy bastante sensible al cambio de tiempo y a las lunas, será eso.

En el trabajo se me pasan las horas volando y sin embargo el tiempo no me cunde y se me acumulan los informes, los pedidos y las llamadas a proveedores -sin contar con las felicitaciones de Navidad y lotes navideños varios y buscar restaurantes para las cenas del amigo (enemigo) invisible...- ¡Cómo me gusta esta época en el trabajo!

Puede que por ello estos días me apetezca tanto escuchar algunas de las canciones de los Yeah, Yeah, Yeahs que me llegan al alma como "Maps" o "Modern Romance" y a Björk

DE PERROS, NECESIDADES Y EDUCACIÓN

Me encantan los perros, de veras. Pero pasa como con los críos, depende del amo que tengan pueden llegar a ser un incordio.

Los maleducados y los responsables son los dueños así que espero no pillar al dueño o dueña del perro que se mea en la puerta de casa.
¡Pero si estamos rodeados de montañas, piedras, árboles y matojos donde marcar el territorio! ¿Porqué se ensaña con mi puerta de nuevo!
¡Y no veas lo mal que huele, porque es pis de marcar el territorio, o sea, cargadito de feromonas y te aseguro que tumba!
Ya me tienes de nuevo limpiando con jabón amoniacado la puerta y la alfombra para luego rociarlo todo con un spray repele perros y gatos meadores de propiedades ajenas.

Hubo una época (por fortuna acabé aburriéndome porque me empecé a dar miedo hasta a mi misma, en plan solterona rodillo en mano espiando a los vecinos irrespetuosos que ni la Marisa de "Aquí no hay quién viva"...) en la que los fines de semana vigilaba por el balcón o por el telefonillo a los 4 gatos que pasaban por aquí para pillar in fraganti al chucho y al dueño.
No los he pillado nunca pero me encantaría saber quien es para pedirle que vigile a su animal y que se aplique lo de “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti” .

ROJO INGLÉS

Me he liado de nuevo la manta a la cabeza.

Hacía años que no lo hacía.

He vuelto a esnifar sus vapores, sentir su cremosidad, emocionarme como una cría colocándolo todo. Transformando, envolviéndome en ella, estirando, dejándome llevar por la música de los Yeah, Yeah, Yeahs que estos días me acompañan a todas horas.

Y he vuelto a cagarme en todo, en la cinta de carrocero que cuesta un huevo colocar recta, en los churretones que se escapan y salpican mi cara como la sangre de una victima en mis manos, en los tropezones con los plásticos, en agarrarme donde puedo para no caer de la escalera, en quedarme sin pintura y acabar riéndome de mi misma ante tal desastre en medio de la entrada.

Le he tenido que acabar pidiendo ayuda a mi chico para desmontar el radiador y entonces nos hemos cagado en todo los dos con la fuga de agua, sobretodo porque él pasaba de pintar la entrada y me advirtió de que no pensaba tocar nada...

Pero al final he acabado y he pintado una de las largas paredes de la entrada de rojo inglés, rojo sangre, como yo quería desde hace casi 5 años, y ha quedado tal y como yo lo imaginaba, genial.

Os aseguro que se me han quitado las ganas de volver a pintar ninguna pared con radiadores por muuuuuuuuuuuuuuucho tiempo…
¡Eso sí, cada vez que salgo o entro de casa se me pone una sonrisa de oreja a oreja!

NUEVA CASA

Me siento un poco perdida en mi nueva casa. Añoro mi antiguo hogar, donde sabía encontrar las cosas con los ojos cerrados.
Pero cambiar es también emocionante.
Necesito descubrir todas las estancias, decorarlas a mi gusto, colocar mis cosas, sentirme en casa.
Así que durante unos días estaré de "traslado".
Un beso.