DANZA DEL VIENTRE
Hace ya casi un año que me inscribí a clases de danza del vientre. Siempre me ha atraído la música árabe, su cultura, y la danza del vientre, la danza del cuerpo femenino, su sensualidad. Hace poco que se puede practicar aquí donde vivo así que no me lo pensé 2 veces y me apunté.
Las primeras clases llevaba ropa deportiva y no fue hasta que me compré el primer pañuelo con monedas y bailé enseñando el ombligo y el vientre que aprecié de verdad lo que podía aportarme. Las monedas acentúan los movimientos y te hacen saber si los estás ejecutando correctamente, ondulantes unas veces, secos otras.
Poder ver los movimientos de tu vientre sin ropa que la cubra es fundamental, sensual y bello.
¡No esperaba que fuera tan cansado y lo es! Trabajas mucho los abdominales y las articulaciones, las caderas, los brazos... En verdad es un reencuentro con la feminidad que llevamos dentro, una aceptación y un redescubrimiento de nuestra sensualidad, de nuestra sexualidad. ¡Es excelente para fortificar los músculos pélvicos y sobretodo para aceptar tu cuerpo, entrar en contacto con tu espiritualidad y se puede practicar a cualquier edad!
Bailar una de las danzas más antiguas del mundo, un baile que se cree era un ritual pagano de culto a la fecundidad, que une la mente y el cuerpo en un fluir constante de energía ha sido un grato y sensual descubrimiento para mi. ¡Os lo aconsejo!