CAMINO DE PIEDRAS

Este último año ha sido inesperado, raro, triste. Un año de cambios muy fuertes en mi vida, en mis convicciones, en mis creencias.
Mi vida era como un caminito en medio de campos y mar.
Desde donde yo estaba, al girarme, veía el camino andado y si miraba hacia delante veía, satisfecha y llena de esperanza que avanzaba desde mis pies, una parte que empezaba a dibujarse, ya trazada en el suelo.
....Y de repente, como en la peor de las pesadillas, todo empezó a resquebrajarse, como un cristal muy delicado, mi vida se rompía en pedazos dejándome flotando en la nada, perdido el camino, mis vivencias, mis creencias, mi futuro.
Desengaño, dolor, amor frustrado, amistad falsa, perdida de identidad, del Norte, de MI NORTE.
MI SILENCIO fue mi protección, tiempo de curar heridas, de apretar con ahínco en alguna llaga para poder desalojar todo el pus, la bilis retenida.
TIEMPO de limpieza, de reencontrar mis VALORES, de saber diferenciar la AMISTAD VERDADERA y EL AMOR verdadero.... QUE SIEMPRE VUELVE.
He aprendido a dibujar de nuevo, poquito a poco, mi vida. Aprender de nuevo a valorar de verdad lo que vale la pena no es fácil pero viene solo.
He recogido las piedras con las que he tropezado y con ellas estoy volviendo a construir de nuevo mi camino. El antiguo se ha vuelto a dibujar, de diferente manera, con la verdad en su sitio y ahora se ve más definido.
He tropezado con grandes piedras que me han hecho caer, que me han pelado las rodillas. Pero me he levantado de nuevo y aunque con alguna piedrecita en los tacones, he vuelto a sonreír, a ANDAR y a CREER que vale la pena, a veces, darse de bruces con la realidad para diferenciar la MIERDA del ORO.